Cualquier programa que se aplique
debe estar supervisado y controlado por un médico experto.
Propuesta de ejercicios para rehabilitación de una hernia discal con dolor en la zona lumbar, durante 4 semanas.
1ª Semana.
Lo primero que debemos “entrenar”,
es el control postural. Hay que tener mucho cuidado con la espalda, ya que se
puede hacer mucho daño y ralentizar la rehabilitación o incluso empeorar si no
se tiene cuidado.
El ejercicio se comenzará cuando
haya pasado la fase aguda de dolor, nunca antes. Comenzaremos cono ejercicios
anaeróbicos muy leves. La primera semana, empezaremos con un poco de caminata,
andar de forma suave. Ejercicios sin mucha intensidad, y siempre midiendo el
dolor y la capacidad.
Después haremos unos pequeños
estiramientos. Esta semana será la mayoría en trabajo isométrico:
1. Nos
tumbamos boca arriba, y doblamos una pierna hacia el pecho con ayuda de las
manos. Mantenemos la posición 30 seg. y repetimos 10 veces con cada pierna.
2. Apoyando
en el suelo hombros y pies, tumbado boca arriba tratamos de mantener la cadera
alta formando una línea recta con los muslos y el tronco. Mantenemos la
posición unos segundos y nos relajamos. Repetimos 10 veces el ejercicio.
3. Con
una goma, elevamos una pierna a la vertical (con la otra pierna doblada apoyada
en el suelo). Enganchamos la goma el pie elevado y tratamos de estirar hacia
abajo, estirando la rodilla.
El nivel de trabajo será lento,
con poca intensidad y mucho control. Haremos esta secuencia tres días a la
semana (por ejemplo: lunes, martes y miércoles)
2ª Semana
Mantenemos los ejercicios de la
semana pasada. Introducimos un poco más de volumen y de intensidad en los
ejercicios, siempre dentro de los límites y sin sobrecargar la zona dañada.
En los estiramientos
introduciremos ejercicios de movilidad articular añadidos al calentamiento ya
establecido. Entre 7-10 repeticiones:
Tumbados en el suelo:
-
Con la pierna elevada a 90º, desplazarla lateralmente
cruzándola hacia el suelo en el lado contrario.
-
Una rodilla doblada con el pie en el suelo, y la
otra doblada hacia el pecho, con el pie en la rodilla de la otra pierna. Se
cruzan ligeramente, y se empuja hacia el suelo de la pierna elevada. Los brazos
estirados en cruz y la cabeza ladeada hacia el lado contrario al de las
piernas.
-
Basculación de la cadera. Tumbados con las
rodillas dobladas, pies apoyados en el suelo separados a la altura de los
hombros (la tomaremos como posición base). Primero hacemos la basculación sin
separar la espalda del suelo, y después elevando la cadera hasta quedarse con
el cuerpo totalmente recto.
-
En la misma posición base del anterior
ejercicio, desplazamos una rodilla hacia el suelo de su lado y lentamente la
estiramos a ras del suelo (como si hiciéramos círculos). Repetiremos el
ejercicio con la otra pierna, de forma intercalada.
-
Desde una posición a cuatro patas, apoyadas las
rodillas y las manos (más o menos a la misma altura, separadas a la distancia
de los hombros), trataremos de elevar y bajar la espalda, creando así una
alineación con la cadera.
-
Desde la posición base, elevaremos una pierna,
doblada a 90º, hacia el pecho. Las manos permanecerán apoyadas en el suelo.
-
Partiendo de la posición base, elevamos una
rodilla doblada hacia el pecho, y la estiramos hacia abajo creando un ángulo de
45º con el cuerpo.
3ª semana
Continuamos con la rutina, 3 días
en semana, aumentando un poco más la intensidad de los ejercicios. Tenemos que
ir aumentando la movilidad articular y dominando los controles posturales.
Empezamos a introducir ejercicios
con pelota de pilates:
1. Con
los pies apoyados en el suelo, apoyamos los codos en la pelota y, poniendo todo
el cuerpo en línea recta, tratamos de mantener la posición.
2. Nos
ponemos en posición de sentadilla sujetando con la espalda la pelota entre la
pared y nosotros.
3. Con
los pies en el suelo, apoyamos la espalda en la pelota y hacemos abdominales. Siempre
controlando la posición de la espalda, y no hacer fuerza con ella el elevar el
cuerpo.
4. Agarramos
la pelota entre las piernas y tratamos de mantenerla elevada del suelo, con las
piernas dobladas aproximadamente 90º.
5. Tumbados
en el suelo, ponemos las piernas sobre la pelota (dobladas). Los brazos en el
suelo al lado del tronco. Elevamos una pierna a la vez que elevamos el brazo
del lado contrario.
6. Nos
tumbamos sobre la pelota, boca abajo, y elevamos a la vez una pierna y el brazo
contrario, intentando formar una línea recta entre ambas y con el cuerpo.
7. En
la misma posición anterior, mantenemos el equilibrio sobre la pelota, tumbados
boca abajo, sin apoyarse en el suelo.
4ª semana
Dejamos el ejercicio de caminar.
Lo vamos a cambiar por la actividad de natación. Se introducirá poco a poco,
empezando con poca intensidad e incrementándola poco a poco, igual que hemos hecho
con los demás ejercicios.
Esta semana se mantendrán todavía
los ejercicios de movilidad articular que hemos estado haciendo hasta ahora, y
se seguirán haciendo un tiempo más para rehabilitar y para prevenir.
La natación es recomendable que
se mantenga, y también pueden ser buenas actividades como el pilates.
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